RECETA IDEOLÓGICA PARA UNA HERIDA IMAGINARIA

A propósito de la "Nota de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Madrid ante las próximas elecciones autonómicas del 26 de octubre 2003, la COMUNIDAD CRISTIANA SANTO TOMÁS DE AQUINO, de Madrid, juzga oportuno expresar públicamente su opinión en los siguientes puntos:

  1. Reconocemos el derecho que asiste a los obispos a expresar públicamente sus opiniones al hilo de los acontecimientos socio-políticos, pero dudamos que estas tomas de posición sean siempre oportunas. En este caso concreto que está atravesando la Comunidad de Madrid, obligada a repetir unas elecciones contra toda lógica, parece muy difícil evitar el calificativo de "oportunismo" aplicado a la nota episcopal, si se tiene en cuenta el clamoroso silencio que ha mantenido durante el bochornoso espectáculo político del reciente verano. Ninguna voz colectiva de los obispos se ha levantado contra el transfuguismo político, el mafioso negocio urbanístico e inmobiliario, el sospechoso y militante silencio de la justicia y del Fiscal General del Estado, el ventajismo del PP en todo este chanchullo (Presidencia de la Comunidad, Presidencia de la Asamblea, Presidencia del fiasco de la Comisión de Investigación, etc.). Ninguna palabra pública y colectiva para un ciudadano, cristiano o no, humillado y ninguneado, a quien indirectamente se le ha venido a decir: "habéis votado mal, necesitáis corregir vuestro error; con este golpe de mano os vamos a conceder la oportunidad de rectificar". Ante el silencio episcopal que ha acompañado todo este bodrio es difícil considerar inocente la presente nota episcopal que pretende "iluminar la conciencia a la hora de emitir el voto como responsabilidad inalienable de la participación en el bien común".
  2. Aceptamos que la doctrina del Papa, aun cuando no hable ex cátedra, siempre es un referente muy importante para el católico. Pero querer presentar como "iluminadora y orientadora" para las elecciones del 26 de octubre su doctrina y su presencia en Madrid en vísperas de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, cuando tantas ideas y gestos suyos han sido abiertamente criticados por un amplio sector de ciudadanos y de católicos, no nos parece de recibo. Ese paternalismo ya hace algunas décadas que ha emigrado de una gran parte de los ciudadanos madrileños. No se le criticó al Papa su derecho a hablar y a visitar a sus fieles (ˇsiempre será bien venido él o quien le sustituya en la función de Pedro en la Iglesia!) sino la lectura sesgada que hizo de "los problemas que forman parte de la vida cotidiana de los españoles" y los gestos partidistas que van contra la dimensión católica (universal) del mensaje de Jesús. De esa presencia doctrinal y gestual del Papa en Madrid no sólo muchos ciudadanos y ciudadanas sino también católicos se sintieron excluidos.
  3. Dada "la gravedad de los hechos" ocurridos recientemente en la Comunidad de Madrid, los obispos se sienten en la obligación de "recordar algunos principios elementales de moral política" y "algunos criterios que contribuyan a clarificar la conciencia moral en orden a la construcción del bien común". Loable intención si los principios no se quedaran reducidos a los meros "consejillos" que muchos ciudadanos ya está hartos de oír (el voto libre y responsable y el conocimiento de los programas de los partidos en liza) y si no fuera muy discutible que los criterios que formulan sean justamente los que los madrileños necesitamos hoy día para reconstruir el entramado del "bien común". Porque por el hecho de que "el Pisuerga pase por Valladolid" no tenemos necesidad de hablar de cualquier cosa. Y aquí, junto a criterios de justicia social (que compartimos) se mezcla el sempiterno credo de la política eclesiástica que no viene tan a cuento: el "derecho inviolable y sagrado" del embrión humano, el aborto, la eutanasia, la indisolubilidad del matrimonio, el modelo tradicional de familia, etc. En una Comunidad que se ve obligada injustamente a pasar por el bochorno de unas nuevas elecciones, hubiéramos esperado de los obispos otros criterios más ad hoc: la denuncia implacable de la corrupción político-social, urbanística e inmobiliaria, y la propuesta de la honestidad, la sinceridad y el servicio como vías de regeneración de una política enferma y en camino de "argentinización".
  4. Finalmente, por lo que se refiere al "derecho a la educación " y a "la promoción de la cultura", más que reforzar la defensa de un privilegio, subrepticiamente incrustado en la filosofía de la Constitución y elevado a ley en la contrarreforma de la actual Ley de Calidad de la Enseñanza, hubiéramos celebrado la renuncia de las diócesis de esta Comunidad de Madrid a una concesión partidista a toda la Iglesia católica española que crea discriminación en el aula y agravio comparativo con el resto de las religiones. Nos hubiera gustado leer en su nota algún apoyo a la justa reivindicación de libertad ideológica y económica de los profesores de religión.

En definitiva, lamentamos que esta expresión pública de los obispos de la Comunidad de Madrid resulte tan partidista, inoportuna y, en definitiva, "una receta ideológica para una herida imaginaria".

Comunidad Cristiana Santo Tomas de Aquino, Madrid

23 de septiembre de 2003